El tintado de lunas es una opción estética y funcional que muchos conductores eligen para proteger el interior del coche, reducir el calor o dar un toque más privado al vehículo. Este tipo de tintado es común en todo tipo de vehículos, desde utilitarios hasta modelos de alta gama. Sin embargo, hay ocasiones en las que es necesario quitar el tintado de las lunas del coche: ya sea por un cambio de normativa, una inspección de ITV, o simplemente porque la lámina está deteriorada.
Aunque pueda parecer sencillo, realizar correctamente esta tarea no siempre lo es. Si no se actúa con precisión, los cristales pueden verse comprometidos, apareciendo residuos o marcas indeseadas. Por eso es importante conocer cómo llevarla a cabo y llevarla a cabo y cuándo conviene acudir a un profesional.
¿Puedo quitar el tintado de las lunas en casa sin riesgos?
Sí, es posible quitar el tintado de lunas por tu cuenta, pero debes de tener cuidado. Las láminas suelen estar fijadas con un pegamento que, con el tiempo, se vuelve más persistente. Para desprender la película, muchos conductores utilizan aire caliente (mediante un secador o pistola de aire caliente) y una goma para levantar los bordes y extraer poco a poco el material.
El problema surge al intentar eliminar cualquier residuo de adhesivo. Si no usas los productos adecuados o no tienes experiencia, puedes arañar la superficie o dejar residuos complejos de tratar. Además, en coches con lunetas térmicas o sensores integrados, una intervención inadecuada puede provocar averías.
Eso sí, es importante saber distinguir entre los tintados aplicados posteriormente y las lunas que ya vienen tintadas de fábrica. Las lunas que vienen tintadas de casa normalmente son ahumadas, y no se pueden quitar. En estos casos, el color está integrado en el cristal y no se trata de una lámina superficial.
Por tanto, aunque no está prohibido hacer este trabajo tú mismo, si es conveniente valorar si compensa asumir ese riesgo. En muchos casos lo más sensato es recurrir a profesionales que cuenten con herramientas y soluciones adecuadas para tratar el tintado de las lunas con seguridad.
¿Cómo quitar el tintado de las lunas paso a paso?
Si decides quitar el tintado de lunas por tu cuenta, existe un método casero bastante común para eliminar el tintado, aunque requiere tiempo y algo de habilidad.
- Aplica aire caliente con un secador o pistola térmica sobre la superficie del cristal. Esto ayuda a reblandecer el adhesivo.
- Con ayuda de una goma o espátula de plástico, levanta una esquina del material y comienza a despegarlo lentamente.
- Extrae con cuidado todo el film. Si se rompe, vuelve a aplicar calor para facilitar su retirada.
- Una vez levantado, utiliza alcohol, amoniaco u otros productos apropiados para tratar los residuos. Es importante no usar utensilios que rayen el cristal. Un truco adicional que puede ayudarte es el uso de jabón y agua tibia a través de un pulverizador y un paño suave, ya que ayudan a suavizar los restos sin afectar al vidrio
Este sistema puede ser efectivo, aunque no es infalible. Si el tintado es antiguo, no es homologado o fue mal instalado, puede ser muy difícil retirarlo sin que los cristales sufran algún daño. Además, hay coches que pueden incorporar sistemas eléctricos o sensores donde una limpieza incorrecta puede afectar a su funcionamiento.
¿Qué problemas puedes tener al quitar el tintado de las lunas del coche?
Intentar suprimir una lámina de tintado de forma casera puede parecer una buena idea, pero no siempre da buenos resultados. Uno de los errores más comunes es confundir una luna ahumada de fábrica con una lámina tintada, lo que lleva a aplicar calor o productos innecesarios que no harán efecto y pueden dañar el cristal.
También es habitual que queden residuos complicados de tratar por completo. Aunque no sean evidentes, pueden perjudicar la visibilidad, generar reflejos y, en algunos casos, impedir que el coche supera la inspección.
Otro riesgo importante es perjudicar las lunas térmicas traseras, donde se encuentran los filamentos de desempañado. Una manipulación errónea puede romper estos hilos, lo que implica una reparación costosa.
En modelos con sensores pegados al cristal, como cámaras o sistemas de luz automática, intervenir sin experiencia puede provocar errores de funcionamiento. Y aunque todo parezca correcto, el resultado final puede ser desigual, con manchas o zonas con residuos difíciles de tratar.
En definitiva: si no tienes experiencia, hacerlo tú mismo puede acabar saliendo caro. Las lunas de tu vehículo requieren un tratamiento especializado si se quiere evitar cualquier tipo de complicación.
¿Por qué es más seguro recurrir a profesionales?
Acudir a expertos no solo ahorra tiempo: también evita errores que pueden traducirse en costes mayores. En estos espacios se utilizaban herramientas precisas y soluciones diseñadas para tratar el vidrio sin comprometer su estado ni dejar imperfecciones.
Los mecánicos están familiarizados con el comportamiento de cada tipo de film, aplican el nivel justo de calor y emplean métodos seguros para despegar el material y tratar los residuos de manera eficaz. Además, protegen adecuadamente el interior del vehículo y cuidan los sistemas que puedan estar integrados en las lunas, como sensores o elementos térmicos.
Cuando se trabaja con superficies delicadas como los cristales, lo más recomendable es confiar en especialistas que aseguren un resultado óptimo y sin sorpresas
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