Una de las preguntas más comunes cuando queremos mantener a punto nuestro vehículo es ¿cuándo hay que cambiar las pastillas de freno?. En este artículo vamos a darte las claves para preveerlo con tiempo y que notes los primeras señales. Si conoces realmente tu coche podrás percibir estos pequeños cambios sutiles en la conducción. ¿Preparado? ¡Arrancando motores!
¿Por qué hay que revisar los frenos?
El sistema de frenado es uno de los puntos de mayor importancia dentro de nuestro vehículo, pues no solamente es clave en nuestra seguridad, sino también de otros vehículos o peatones con los que podamos coincidir en nuestro trayecto.
El frenado es decisivo a la hora de evitar accidentes, tan solo unos metros pueden suponer un agravante en caso de accidente, por lo que es vital disponer de los frenos siempre a punto.
Los imprevistos suceden a diario, cualquier inclemencia del tiempo, un despiste o imprevistos que surgen ponen de manifiesto la necesidad de dos factores para que intervengan rápidamente:
- Los reflejos del conductor, que son vitales para apretar el freno en el momento preciso.
- La respuesta del sistema de frenado, para detenernos con seguridad.
¿Sabías que según un estudio de Roadhouse solamente el 13.5% de los españoles sabe cómo detectar si existe un problema en el sistema de frenos?
¿Qué factores intervienen en el frenado?
La distancia de frenado es el resultado de la conjunción de varios factores:
- La distancia de detención, es la distancia que transcurre desde que el conductor se percata de la necesidad de frenar y el vehículo finalmente se detiene.
- La distancia de reacción, que es, por su parte, la distancia que recorre el vehículo desde que se aprieta el pedal de freno hasta que se detiente completamente.
De esta forma, tenemos que ser conscientes que, desde el momento mismo en el que detectamos el imprevisto durante nuestro trayecto hasta que finalmente los frenos ejercen su papel, hemos sumado dos tiempos: la distancia de detención y la distancia de reacción.
Sobre la primera distancia ejercemos un papel decisivo nosotros como conductores. Dependerá de nuestro grado de atención y condiciones cognitivas que pisemos el pedal de freno justo a tiempo. De ahí que conducir en condiciones de somnolencia o bajo los efectos del alcohol sea tan peligroso, pues la distancia de detención por si sola aumenta considerablemente, multiplicando el peligro al que podemos vernos sometidos.
En el caso de la distancia de reacción, será nuestro vehículo el responsable de frenar a tiempo. Si disponemos de un sistema de frenado que no ha sido revisado desde hace tiempo y no funciona correctamente, estaremos obviando uno de los factores decisivos.
¿Cómo funcionan los frenos?
Los frenos funcionan por un efecto de fricción, un concepto que podemos atribuir a las leyes de la física.
Por medio del contacto que ejerce un cuerpo contra otro se produce una fricción que se opone al movimiento del otro cuerpo. Esta oposición resulta en una detección total del movimiento.
Si la presión de nuestros neumáticos es la idónea, el coche frenará en buenas condiciones, ya que la banda de rodadura está en contacto con el asfalto. Si la presión de los neumáticos no es la correcta, la banda de rodadura estará más o menos conectada, por lo que aunque pisemos a fondo el pedal no podremos ejercer la fricción suficiente para que el coche se detenga.
Por ello en el frenado tambén influye disponer de una correcta presión de los neumáticos.
Nuestros vehículos en la actualidad están compuestos de 4 frenos, uno en cada rueda delantera o trasera.
Existen varios tipos de frenos: frenos hidráulicos, frenos de potencia asistida, frenos de disco y frenos de tambor. Los frenos de disco suelen estar instalados en el eje delantero, son los que mayor fuerza ejercen debido a que el peso del vehículo descansa principalmente sobre este eje. Por su parte, los ejes de tambor permanecen instalados en la parte trasera.
Los frenos están compuestos de varios elementos electrónicos, mecánicos e hidráulicos que intervienen en la frenada. Cuando presionamos el pedal, la fuerza es transmitida por el servofreno que actúa sobre una bomba de frenado. Esta bomba transmite mediante los bombines hidráulicos y canalizaciones para accionar las pastillas de freno, en el caso de los frenos de tambor. Las pastillas de freno o zapatas son en definitiva las encargadas de ejercer fricción sobre los discos de freno, que finalmente detienen el vehículo.
¿Cómo detecto un problema en los frenos?
Como venimos diciendo, es vital que conozcamos nuestro vehículo. Un conductor experimentado se percata de ello justo en el momento en el que tiene que tomar otro coche. Expresiones como “el tacto del freno es diferente” o “este freno funciona nada más poner el pie” son típicamente escuchadas cuando se da la situación.
Esto es reflejo de que un conductor se hace a su coche, a la fuerza que ejercen sus pies en los pedales.
1.El freno se vuelve más “esponjoso”
Para detectar un problema en el sistema de frenado debemos hacer eso precisamente: acostumbrarnos al tacto del freno de nuestro coche.
De esta forma, cualquier sutil variación nos avisará de que puede existir algún problema.
Conforme los discos de freno se van desgastando, la frenada se vuelve más esponjosa al tacto
Si notamos que la frenada se torna “esponjosa” puede deberse a que el líquido de frenos está deteriorado, por lo que tendremos que acudir a nuestro taller de confianza para su sustitución.
2. La distancia de frenado aumenta
Por norma general, con el paso del tiempo los discos de freno se van sometiendo a un proceso de desgaste, por lo que puede ocurrir que nos vayamos acostumbrando progresivamente a ese tacto. En ese caso, tendremos que observar si la distancia de frenado ha aumentado.
Hemos de tener en cuenta que la distancia de frenado aumenta con la velocidad del vehículo. En condiciones de asfalto óptimo, en seco, un vehículo que circula a 90km/h recorrerá unos 30 m. de distancia de reacción y 45 m. de distancia de frenado. Por lo tanto, la distancia de detención mínima, es decir, la que depende prácticamente del conductor, es de 75 metros. Si nuestros frenos no están en condiciones alargaremos la distancia de frenado todavía más.
3. Ruido proveniente de los frenos
Aunque la mayoría de los vehículos avisan mediante un testigo en el cuadro de instrumentos de que el desgaste de las pastillas de freno ha alcanzado el límite y por tanto han de ser sustituidas, en ocasiones podemos escuchar o percibir ruidos y vibraciones ocasionados por una deformación en los discos de freno. Este desgaste se daría en el caso de que no hayamos cambiado a tiempo las pastillas de freno.
Otro de los motivos por el que hemos de sustituir a tiempo las pastillas de freno es para evitar, por lo tanto, la deformación de los discos de freno.
4. ¿El pedal está demasiado duro?
Si percibes que el pedal está demadiado duro puede deberse a una avería en el servofreno. El servofreno es el sistema encargado de ejercer la fuerza necesaria para detener un vehículo.
Para cualquier síntoma que percibas y que creas que no es normal en tu vehículo, ven a Talleres Auto-Herna para poder revisarlo y sustituir las pastillas de freno a tiempo.
Adquirir buenas prácticas a la hora de frenar
Para mantener nuestro coche en un correcto cuidado hemos de adaptar nuestro estilo de conducción, evitando un estilo agresivo que requiera una pronta sustitución de las pastillas de freno. Algunas recomendaciones son reducir la velocidad con tiempo cuando percibamos un semáforo en rojo o evitar las frenadas prolongadas.
Nuestra recomendación: las pastillas de freno han de cambiarse cuando se den cualquiera de las situaciones descritas, o bien, cuando tienen menos de ¼ de pulgada de espesor.
Ven a Talleres Auto-Herna para cualquier necesidad que tenga tu vehículo en cuanto al sistema de frenos. Queremos que te preocupes solamente de conducir, nosotros nos encargamos del resto.