Queremos que los conductores que visitan tanto nuestras instalaciones como nuestro blog puedan disfrutar de buenas experiencias de circulación.
Por eso, desde Talleres Albacete Auto Herna queremos aportarte informaciones que puedan serte de utilidad cuando te pongas al volante. Proporcionamos consejos basados en nuestros años de experiencia, los cuales te servirán para garantizar la seguridad de quienes vayan en tu vehículo, la del resto de ocupantes de la vía y la tuya propia como conductor.
A continuación nos centramos en uno de los riesgos con los que te puedes encontrar en tus desplazamientos, sean cortos o largos: el aquaplaning.
Uno de los peligros más relevantes de la conducción bajo la lluvia
En primer lugar, ya sabes que conducir bajo la lluvia conlleva una serie de problemas que pueden condicionar la seguridad en carretera y con los que no contamos en circunstancias normales. Como es lógico, vas a tener que adaptar tu conducción a las especiales condiciones en las que se encontrará la vía cuando esté lloviendo o haya llovido recientemente. Este último aspecto es importante, puesto que, aunque ya no llueva, se habrán formado charcos si las precipitaciones han sido de cierto calado. No en vano, son estas bolsas de agua las que concentran los mayores riesgos de sufrir los efectos del aquaplaning.
Por lo tanto, la primera precaución que has de aplicar es la de moderar la velocidad. Esta irá unida a la de guardar una distancia de seguridad mayor que la normal respecto al vehículo que te precede. Y, por último, debes reducir la velocidad al máximo si no puedes evitar cruzar un charco. Lógicamente, no hagas ninguna maniobra brusca o ilegal para esquivarlos, lo cual sería más peligroso que atravesarlos.
Te explicamos por qué puede deslizarse tu vehículo
Cuando hacemos referencia al término anglosajón aquaplaning, nos referimos al patinaje o deslizamiento que puede sufrir tu coche.
A grandes rasgos, se produce porque el automóvil queda ligeramente suspendido en el aire. Es la consecuencia de que llegue a flotar sobre una fina película de agua. La separación física entre el asfalto y el neumático es de alrededor de medio milímetro, lo que puede parecer un espacio mínimo. Sin embargo, es suficiente para que la suspensión, la dirección y la amortiguación no resulten efectivas.
Preparamos tus neumáticos para evitar el aquaplaning
Una de las cosas que tenemos claras que el estado de los neumáticos es clave para que no tengas que experimentar aquaplaning al volante. Ten en cuenta que cuanta más agua puedan desalojar las ruedas a su paso, menos posibilidades habrá de que tu vehículo patine.
Estos inconvenientes pueden empezar a suceder cuando los charcos acumulados superan una altura de varios centímetros, pero también, como te comentamos en la introducción, va a influir la velocidad a la que los vayas a cruzar. Así que, en este aspecto, recuerda que los deslizamientos sobre el agua pueden comenzar cuando atravieses sus concentraciones a una velocidad que rebase los 70 u 80 km/h.
Nos encargamos de comprobar que el mantenimiento de los neumáticos es el correcto. Hoy en día se comercializan con materiales y diseños que facilitan la conducción en condiciones lluviosas, pero acuérdate de que el transcurso del tiempo los desgasta y los diversos golpes que sufren afectan también a su capacidad para rodar sobre los firmes mojados.
Una de las características que debes tener en cuenta es que el dibujo de su banda de rodadura nunca sea inferior a 1,6 mm. Si rebasa los 2,2, podrás disfrutar de unas ruedas que expulsarán con una mayor facilidad el agua conforme tu vehículo avance.
Te aconsejamos cómo encarar un aquaplaning
Ya te hemos dado algunos consejos relativos a cómo puedes librarte de este temido fenómeno pero, si no es posible evitarlo, vale la pena recordar una serie de indicaciones que te ayuden a manejar la situación de tal manera que puedas minimizar los riesgos y garantizar tanto la seguridad tanto personal como general.
En este sentido, hemos de destacar que son varios los contextos de partida que pueden hacerte desembocar en esta desagradable incidencia. En todo caso y en primer lugar te recordamos que, aunque pueda resultar complicado, no debes perder la calma. Permanecer tranquilo te ayudará enormemente a manejar la situación y resolver el incidente de manera satisfactoria. Además, es recomendable que sigas las siguientes recomendaciones.
La primera de ellas es la relativa al lugar de la vía en la que se produce el aquaplaning. Si tiene lugar en una recta, no debes frenar, aunque este sea tu primer instinto. En esta situación, los neumáticos estarán bloqueados, debido a que se encontrarán, literalmente, flotando. Por lo tanto, sus movimientos no van a seguir los que ejecutes con el volante. Estos se harán realidad cuando acabe el patinaje del vehículo, por lo que puedes imaginar la peligrosidad que conlleva este descontrol. En este contexto, es preferible desacelerar con la mayor suavidad posible y mantener el volante en la posición en la que se encontraba cuando entraste en el charco. Una vez salgas del contexto de peligro, intenta retomar la dirección normal del vehículo sujetando el volante con firmeza.
Pero, si te parece que esta es una situación compleja, hemos de remarcar que más lo es cuando se da a la salida de una curva. Al igual que sucede en los tramos rectos, no es recomendable intentar frenar o acelerar. Te recomendamos que asegures el mantenimiento del volante en la misma posición que tenía cuando habías encarado esta curva. Sobre todo, no has de realizar ningún movimiento en sentido contrario. Tampoco debes soltarlo. De este modo, cuando tu coche deje de patinar, seguirá la inercia de la dirección que le habías imprimido mediante el volante antes de haberte adentrado en la curva.
En definitiva, nuestro establecimiento en el que conocemos los riesgos que implica el aquaplaning. Si sigues estos consejos, tanto tu vehículo como tú mismo estaréis preparados para afrontar esta situación de manera exitosa.